Historias

Conozca a Jared Kushner; el asesor que llevo a la victoria a Trump

Joven, rico y famoso. Y ahora uno de los hombres que, desde la sombra, moverá al mundo. Él es Jared Kushner, asesor del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien confía a ciegas en su yerno, casado con la hija favorita del empresario y primera dama entre bastidores, Ivanka Trump.

Su currículum no brilla por su experiencia política, pero el joven, de 36 años, fue el as bajo la manga de Trump en la carrera por la Casa Blanca que llevó, para sorpresa de muchos, a la derrota de la demócrata Hillary Clinton.

Kushner, licenciado en Sociología por la Universidad de Harvard, escribió muchos de los discursos de Trump y, al parecer, fue el responsable de la salida del primer director de campaña, Corey Lewandowski, según los medios estadunidenses.

“¿Acaso Kushner es el Rasputín de los tiempos modernos, susurrando al oído del principiante político Trump, como el ruso lo hacía con el zar Nicolás II?”, publicó la revista Vanity Fair y, en la misma línea, The New York Times lo había señalado como “el jefe de facto de campaña”.

El consentido de Trump es discreto, de pocas palabras y ajeno a las redes sociales. Su cuenta en Twitter está en blanco desde que lo abrió en 2009. Sin embargo, desde el backstage tejió los hilos de la campaña digital en las redes sociales que llevó a Trump a sentarse en el Despacho Oval. Y es que Kushner no puede renegar de su generación, la de los millennials.

“Llamé a varios de mis amigos de Silicon Valley, algunos de los mejores vendedores digitales en el mundo, y les pregunté cómo harían para escalar esto”, dijo Kushner a Forbes. “Me contactaron con sus subcontratistas”, puntualizó el joven, quien además fue el puente para que Trump se codeara con figuras como el exsecretario de Estado Henry Kissinger o el empresario de medios Rupert Murdoch.

“Todos los presidentes que he conocido tienen a una o dos personas en quienes confían incondicionalmente”, dijo Kissinger, según Forbes. “Creo que Jared podría ser esa persona”, añadió.

Incluso, el influyente yerno es una pieza clave para apaciguar las aguas con México que tanto le gusta remover a Trump con su retórica xenófoba y altisonante.

Kushner fue el contacto, a través de un amigo mutuo de Wall Street, para que Luis Videgaray –entonces secretario de Hacienda y actual canciller mexicano–organizara el encuentro entre Trump y el presidente Enrique Peña Nieto el 31 de agosto.

 

Yerno y suegro, además de Ivanka, comparten otro amor: los bienes raíces. La cuna de Kushner, oriundo de Nueva Jersey, es una de las familias judías-ortodoxas más ricas e influyentes de Nueva York, dueña de un imperio inmobiliario (Kushner Companies) que, de acuerdo con el sitio oficial, posee más de 20 mil departamentos multifamiliares (en su mayoría por y para los ricos) y 12 millones de pies cuadrados en espacio para oficinas y propiedades industriales.

El joven heredó el legado familiar a los 27 años tras los escándalos de su padre, Charles Kushner, un hijo de inmigrantes polacos sobrevivientes del Holocausto nazi, y que acabó entre las rejas por evasión de impuestos y financiamiento ilegal a campañas políticas (demócratas).

Pero, lo más dramático: Charles contrató a una prostituta para que hipnotizara a su cuñado William Schulder y lo grabara en un video porque, al parecer, el pariente estaba dando el chivatazo a los fiscales. La broma, no obstante, le salió cara y a Charles le cayeron, además de los dos años de prisión, 14 meses más por manipulación de testigos.

El fiscal de Nueva York que en 2005 puso en el calabozo al patriarca del clan fue el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, aliado acérrimo de Trump y que, sospechosamente, fue removido como líder del equipo de transición de Trump, riendas que asumió el ahora vicepresidente, Mike Pence.

La cadena NBC calificó la jugada de una “purga staliniana”. Otros medios hablaron de un “giro shakesperiano”, aunque el libro preferido de Kushner es El Conde de Montecristo, de Alexandre Dumas, un símbolo de la venganza.

 

Con apenas 30 años, Kushner compró la torre 666 en pleno corazón de la Quinta Avenida de la Gran Manzana por un valor de mil 800 millones de dólares, “el máximo precio jamás pagado” en Nueva York, según el Wall Street Journal.

Y por si fuera poco, este promotor inmobiliario de aspecto impecable y cara de niño bueno adquirió el influyente y elitista semanario New York Observer.

“Jared y yo somos muy similares, los dos somos muy ambiciosos. Eso convierte nuestra relación en algo único. Es importante tener a tu lado a alguien que te apoya en ese aspecto”, dijo Ivanka Trump en una entrevista con The New York Times.

Por los gajes del nuevo oficio, Kushner abandonará su puesto de CEO en la empresa familiar y trabajará de gratis como consejero, pero Trump le augura un buen futuro en la política: “Honestamente, Jared es una persona muy exitosa en bienes raíces, pero en realidad creo que a él le gusta más la política que los bienes raíces. Y él es muy bueno en la política”, aseguró el nuevo Presidente estadunidense.

 

El Observer también dejará de ser su arma de guerra que, de hecho, usó durante la contienda electoral para defender, en más de una ocasión, al ahora mandamás de Estados Unidos.

El ejemplo más palpable fue un tuit de Trump en el que publicó un montaje de Hillary Clinton con un fajo de billetes y una estrella de seis puntas de David (símbolo de la religión judía), bajo el lema “la candidata más corrupta”.

Kushner, en un editorial de su semanario, señaló que “sus abuelos son sobrevivientes del Holocausto”, y describió a Trump como “una persona increíblemente amorosa y tolerante”.

Y es que la lealtad hacia su suegro está por encima de todas las cosas, incluso de su familia, si se tiene en cuenta que son judíos-ortodoxos y afiliados del Partido Demócrata.

Es más, ni con Ivanka fue tan generoso. El joven terminó en 2008 a la hija mayor de Trump porque era goyim, es decir, no judía.

Sin embargo, el amor triunfó: Ivanka se convirtió al judaísmo y el cuento tuvo un final feliz con una boda en 2009 entre los príncipes del real state neoyorquino.

El evento se celebró en un club de golf de Trump en Nueva Jersey y acudieron unos 500 invitados, según Vanity Fair.

El influyente matrimonio tiene tres hijos, a quienes Ivanka se encarga de presumir en Instagram a modo de familia perfecta: guapos, ricos y ahora con las llaves de acceso al mando de control que definirá la política global.

Para muchos, en todo caso, la esperanza es que el yerno silencioso de Trump ponga el freno de mano a algunas de las propuestas más extremas del ya Presidente estadunidense.

 

Con información de Excélsior

Read 1120 times Last modified on Sunday, 22 January 2017 16:05
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