Si bien es cierto que hoy en día la celebración de una posada tiene diferentes matices, su origen es único, recordar el peregrinar de José y su amada esposa María en Belén para tener un lugar cálido en donde naciera Jesús. Fueron puerta tras puerta y no encontraron una mesada ni un lugar en dónde descansar. Hasta que alguien les abrió su morada para que pudieran allí descansar.
Ese es el origen de la tradición cristiana. Las posadas se convierten para el mundo occidental en una especie de preparación espiritual de tratar de ser mejores seres humanos y de compartir los mejores deseos, en una reunión de amigos, de compañeros de trabajo, de fiestas familiares. Las posadas tienen un origen emblemáticos del cual no podemos despojarnos ni olvidar: el nacimiento de Jesús.
De pequeño, recuerdo las posadas que se hacían en las casas de los vecinos, el rezo del rosario y al final la adoración del Niño Dios. Pero no terminaba allí todo, lo que esperábamos ansiosos eran los tamales, los buñuelos, la comida y la bolsa de dulces para quienes asistíamos. A veces eran dos casas diferentes y en ese sentido nos iba bien ya que cenábamos una o dos veces con mucha devoción y bien rezados.
Los cánticos también era de festividad eran de alegría esperando uno gozoso los mismos. Servían como un acompañamiento con los coros que a veces desafinaban y en otros casos el cambio de la letra, con los sabidos coscorrones y regaños para quienes se reían. Los días de las posadas tenían como culminación siempre la esperanza de regresar al día siguiente seguros que saldrían mejor cada vez.
Esta tradición de las posadas ya casi no ocurre en nuestros alrededores, ya no se reza, ni se cantan los villancicos como “El niño del tambor”, “Campana sobre campana” y otros que narran en su prosodia una historia. Son muchos los temas musicales que pueden cantarse, pero hay que distinguir a los mismos, ya que existen los llamados “tradicionales” y los de la nueva era, más comerciales y menos representativos de las posadas navideñas.
Las posadas también está relacionada con una blanca “Navidad”. ¿Pero que significa precisamente la Navidad? Pues precisamente el nacimiento y proviene del latín “nativitas”. La preparación del nacimiento es el objeto central de las posadas. El día 15 de diciembre deben empezarse entonces los rezos del rosario y la preparación de la llegada de la festividad más importante del cristianismo. Inicia el “tiempo de Navidad” que con la llegada del Mesías el 24 de diciembre cumple con una de las historias de las múltiples narrativas del Nuevo Testamento.
Se habla entonces de la preparación del nacimiento y si Usted ya puso su nacimiento, le recuerdo que es hasta el día 24 de diciembre que se pone al “Niño Dios” en el pesebre sobre su cuna. También es un tiempo de preparación del ser humano para decidir como va a recibir la Navidad, con quienes estará y además será como una planeación para hacer la buena obra, pequeñas cosas que como seres humanos nos pueden poner a prueba. No se trata de comprar amor, sino de regalar afecto. Finalmente señalar que las posadas nos deben abrir el corazón para recibir a aquellos que aún necesitan de nosotros, es una enseñanza que no podemos dejar de olvidar.